La costra láctea es la dermatitis seborreica del lactante. Se presenta en la mayoría de los recién nacidos, entre la primera y la octava semana de vida, y afecta principalmente a su cuero cabelludo, pudiendo aparecer en otras partes del cuerpo como en la cara, detrás de las orejas o en la zona del pañal.

La seborrea suele manifestarme en forma de manchas o costras amarillentas y grasientas, pero también podemos encontrar en el bebé áreas escamosas o peladas, así como pliegues y hendiduras en su piel.

En ningún caso, el bebé sentirá dolor ni picor con la costra láctea. No se trata de una alergia ni de una infección; no es contagiosa ni está causada por una higiene deficiente. Tampoco implica ningún riesgo o complicación para el lactante. Es benigna e irá desapareciendo con el paso de las semanas.

Según la Asociación Española de Pediatría (AEPED), no hay constancia de los casos exactos de dermatitis seborreica infantil ya que solo los más graves acuden a consulta, puesto que esta afección de la piel suele mejorar por sí sola o con tratamientos caseros que no requieren prescripción médica.

La causa exacta de la costra del lactante es desconocida. Existen diferentes factores que pueden estar relacionados como una producción excesiva de grasa o sebo por la propia piel y el aumento de algunos microorganismos u hongos que viven en ella como la Malassezia.

Como ya se ha apuntado, la dermatitis seborreica en los bebés suele remitir por sí sola en cuestión de semanas. Mientras tanto, podemos seguir algunos consejos para mejorar la costra como el lavado con un champú para bebés que sea suave, el cepillado con un peine especial y la aplicación de aceites naturales o vaselinas acompañada de masajes en la zona.

Desde MaterMap esperamos que este post te haya resultado interesante y te recordamos que es meramente informativo. Si tienes alguna duda sobre la costra láctea, consúltala con tu pediatra de confianza.