Una de las enfermedades víricas más habituales de la infancia es la boca-mano-pie. Esta infección viral leve y contagiosa incluye síntomas como fiebre, llagas y sarpullidos o erupciones cutáneas que normalmente aparecen, como su propio nombre nos indica, en la boca, en las manos y en los pies.

Aunque puede contraerse a cualquier edad, la enfermedad de la que hoy os hablamos en MaterMap es más habitual en niños, especialmente de 1 a 3 años, ya que en estas edades tan tempranas aún no cuentan con inmunidad suficiente para hacer frente a los Coxackies, los virus que provocan el boca-mano-pie.

Esta infección vírica puede aparecer en cualquier época del año, pero la más típica es el verano y se extiende hasta principios del otoño.

La enfermedad boca-mano-pie se transmite con facilidad a través del contacto con las heces, la mucosidad o la saliva. Precisamente por el modo de transmisión es más frecuente en entornos de cuidado infantil, cuando se producen los cambios de pañales o el aprendizaje para ir al baño. Además, hay que tener en cuenta que los niños pequeños a menudo se llevan las manos a la boca después de tocarlo todo para saciar su curiosidad.

El periodo de incubación, que contempla desde la infección inicial hasta el comienzo de primeros síntomas, dura aproximadamente de 3 a 6 días. La fiebre suele ser el primer signo de la boca-mano-pie, seguida de dolor de garganta. Tras unos días de malestar, aparecerá la erupción con pequeñas ampollas en las partes concretas del cuerpo que dan nombre a la enfermedad y que se curarán solas en unas dos semanas.

No existe ningún tratamiento en sí para abordar esta enfermedad. Lo más habitual es administrar Paracetamol, para la fiebre y el malestar, y evitar la deshidratación del pequeño.

Desde MaterMap te recordamos que este post es meramente informativo y te invitamos a acudir al especialista ante la mínima duda.